lunes, 25 de abril de 2011

Caricias

Mano inmaculada;
y miedo de corromper
tu brillo de porcelana
(por favor, no resquebrajes)

Mano de artesana
curtida por hilos y filos;
y miedo de perecer
bajo su rugosidad milenaria

Mano de vajillas y plata
áspera e interrumpida;
y miedo de perderme
en tus roces repletos de mañas

¿Es que acaso queda lugar
solo para tí, princesa de manos
de hojas de calcar?

¿y si te digo que muero por dos que
(sean ásperas
secas,
certeras,
insolentes,
perecederas
indecentes,
imprevisibles, hermosas,
inservibles o invisibles)
me digan la verdad
mirándome a la palma?

Caricias...
y miserias que diluyen
fecundando las lenguas
que bajo el broche, rompen en agua

1 comentario:

  1. curioso y cierto engaño,
    que verdad, cuanta sangre.
    Como quiebra al caer, al primer golpe.
    Al segundo NO!

    Porcelana en el piso,
    tus manos rotas, tus pies pegados.
    Picado, entero, sos piedra.
    Te fumo y me voy.

    ResponderEliminar